NOCHE DE ALTO VOLTAJE DESCARGA ELECTRICA EN BARCELONA

AC/DC TOMA EL SANT JORDI CON SU RITUAL METALICO 

UNAS 18.000 PERSONAS PASARON REVISTA AL CATALOGO DE HIMNOS ROCKEROS DEL GRUPO AUSTRALIANO

JORDI BIANCIOTTO BARCELONA
 
Las detonaciones de seis cañones dispuestos sobre el escenario pusieron anoche punto y final al ataque ritual de AC/DC al Palau Sant Jordi. "Aquellos que van a rockear os saludan", cantó Brian Johnson en For those about to rock, culminando dos horas de intensa velada metálica aderezada con efectistas gags escenográficos. Aunque la estrella de la noche fue, por supuesto, Angus Young, eterno colegial cuarentón e imbatible guitar hero.


 
Brian Johnson y Angus Young, junto a una reproducción gigante de éste, anoche en el Palau Sant Jordi.
Foto:FERRAN NADEU 
 
Con las entradas agotadas, el Sant Jordi se puso intransitable, acogiendo a unos 18.000 seguidores del rock duro para declarar su adhesión a la banda australiana cuatro años después de su último paso por la ciudad. Y AC/DC, que procedía de sus tres triunfales noches en Madrid, diseñó un show a la medida de las exigencias de su público mayoritario.

 
El quinteto, que actuó precedido de un breve set del grupo sueco Backyard Babies, no se anduvo por las ramas y desenfundó un furioso You shook me all night long que remitió a los días de Back in black. Ese disco, de 1981, fue el pilar del concierto (cinco canciones) junto con la lejana cosecha de Bon Scott (11 de las 20 canciones de la noche). El volumen de sonido se mantuvo muy alto, y únicamente algunos solos dilatados de Angus Young y ciertos momentos muertos entre algunas canciones rebajaron la intensidad del show.
 

 
'REVIVAL' TOTAL. El carácter retro del concierto quedó acentuado más si cabe a causa de dos inesperados cambios de repertorio respecto a la mayor parte de la gira: Sin city (del disco Powerage ) y Get it hot (de Highway to hell ) suplieron a las recientes Safe in New York City y Melt down, con lo que AC/DC consiguió un curioso récord: interpretar sólo una canción del disco que teóricamente presentaba. El corte elegido fue el que da título al trabajo, Stiff upper lip.

 
Una estatua gigantesca de Angus Young, incontestable señor de los metales, ocupó el escenario recordando quién es el líder del grupo. Brian Johnson castigó sus cuerdas vocales con Shot down in flames, Thunderstruck y Hell ain't a bad place to be y sus saludos a la ciudad no fueron más allá de un breve "es estupendo estar aquí". En Bad boy boogie, un corte de 1977, Young ofreció el prescriptivo striptease que culminó con la exhibición de sus calzoncillos: al igual que ocurrió en Madrid, éstos mostraban una bandera española, lo cual provocó sonoros silbidos.

 
En Hells bells, el libro de estilo de AC/DC ordenaba la irrupción de una campana gigante, y así fue. The jack ralentizó el ritmo y Dirty deeds done dirt cheap marcó el inicio de una recta final alimentada de grandes éxitos, mientras una pasarela que penetraba en la zona ocupada por el público acercaba a Johnson y a Angus hasta los fans. A partir del minuto 80, éste sustituyó su aspecto de colegial aplicado por el de sudoroso obrero rockero. Tiempo de épica metálica: Highway to hell, Whole lotta Rosie (con una Rosie gigante hinchable) y Let there be rock culminaron el cuerpo central del concierto.

 
Ya incapaces de cambiar una coma del desarrollo previsto del show, los australianos quemaron las naves con TNT y For those about to rock. La última noche de AC/DC en Europa (su próximo compromiso es un tour australiano) concluyó reafirmando la dependencia absoluta de la banda respecto a su repertorio histórico.
 

EL APUNTE

ARMANDO De Castro
Guitarrista de Barón Rojo
No hay quien los pare

 
Descubrí a AC/DC al poco tiempo de fundar Barón Rojo. En aquella época, la radio de rock en Madrid estaba mucho mejor. Me sonaron familiares. Eran como una suma de tres de mis grupos favoritos: Led Zeppelin, Free y Rolling Stones. Todos hemos tenido nuestros altibajos, y discos como 'Flick of the switch' o 'Fly on the wall' apenas los escucho, pero eran grandes compositores y con el tiempo han recuperado el talento. Ahora ya no hay quien los pare.

 
Yo utilizo la misma guitarra que Angus Young, una Gibson SG, de la que tengo cuatro modelos. Al final de nuestros conciertos tocamos versiones suyas, aunque no tan bien como la Bon Scott Band. Y en cada disco grabamos un tema de tributo a AC/DC. Ya hay uno para el próximo disco, aunque tenemos dos letras y aún estamos discutiendo cuál usar. Por eso no sé si se titulará 'Fronteras' o 'Fulanas'.