Archivo 'RS': AC/DC, 30 años de 'Back in Black'

Recuperamos un reportaje de 1980 con motivo de las tres décadas de vida del segundo disco más vendido de la historia. Por 'Rolling Stone'

La historia.
Este reportaje que reproducimos a continuación se publicó en octubre de 1980. En el verano de 1980, AC/DC publicó Back in Black. La situación era delicada. El grupo australiano había perdido en febrero de ese año a su vocalista Bon Scott después de hacer su mejor obra, Highway to hell. Muchos anunciaron el final de AC/DC. En lugar de romperse el grupo se puso manos a la obra con otro cantante, Brian Johnson. Este artículo narra la primera gira americana con Brian Johnson. Está escrito por David Fricke, uno de los mejores periodistas de rock de la historia, que sigue deleitando a los lectores con sus reportajes desde las páginas de ROLLING STONE. Angus Young tenía aquel 1980 tan solo 25 años. Y, aunque parezca increíble, los críticos americanos no tenían muy buen criterio del grupo, como se puede leer en el reportaje. Actualmente, Back in Black es el segundo disco más vendido de la historia, sólo por detrás de Thriller, de Michael Jackson.

    

Octubre 1980

AC/DC SUPERA UNA MUERTE Y 'ROCKEA'

Hay luna llena esta noche y pertenece a Angus Young, el guitarrista de 25 años de los rockeros australianos AC/DC. Mientras su hermano mayor y guitarrista rítmico, Malcolm, el bajista Cliff Williams y el batería Phil Rudd lo dan todo en un acelerado tema llamando Bad boy boogie para los 6.100 alocados fans en el Auditorio (tipo establo) de Milwaukee (EE UU), un diminuto Young -vestido con un uniforme colegial de terciopelo verde, formado por una americana, pantalones cortos y boina- baja su guitarra después de un arrasador solo y comienza su striptease nocturno.

La chaqueta es lo primero que se quita, después la corbata de rayas y, finalmente, una camisa blanca empapada en sudor. Al mismo tiempo que el sudor continúa resbalando por su cuerpecito de poco más de metro y medio, Angus se pavonea como un gallo cruzando el escenario, señalando su paquete con una lasciva y abierta sonrisa. La multitud grita encantada, como diciendo, "sí, queremos que te lo quites todo". Así que Angus se sube a la tarima de la batería de Rudd, da la espalda al público, se agacha y se baja los calzones. Un segundo después de enseñar su culo desnudo, Angus agarra la guitarra para arrancarse con otro salvaje solo, mientras la muchedumbre adolescente presiona el escenario y muestra su aprobación con rugidos.

Y sólo estamos en la tercera canción del concierto. Antes de que los noventa minutos de festival de sudor acaben, el cantante Brian Johnson repasa a base de aullidos casi todas las canciones del último (y su álbum más vendido) Back in Black, mientras Angus cabalga por el escenario a hombros de un miembro del equipo técnico, sacudiendo su guitarra con las cuerdas rotas y, para su apoteósico final, lanzándose desde el altillo de un amplificador, a casi dos metros de altura. Durante el bis, la multitud se suma al espectáculo con T.N.T., gritando "¡He!", perfectamente coordinados como en una marcha militar.

"Milwaukee", espeta Johnson al final del concierto, con una voz que podría helar la sangre. "Sois un putos genios". La audiencia le devuelve el cumplido comprando las suficientes camisetas de AC/DC, sudaderas, gorras y programas de gira para batir el récord de ventas de la tienda del auditorio.

"Tienen una lealtad intensa", reflexiona Brian Johnson al día siguiente en un desayuno tardío. "Los chicos no quieren sólo venir. Quieren ser parte del espectáculo. Quieren una camiseta que diga: 'Me gusta AC/DC y pelearé con el que diga lo contrario".

LA PRIMERA GIRA DE JOHNSON

Johnson, un achaparrado y simpaticón inglés que raramente se deja ver sin una gorra de cuadros, se unió a AC/DC en abril de 1980 tras la muerte accidental en Londres, el 19 de febrero, del vocalista original Bon Scott (Scott, de 33 años, murió asfixiado en su propio vómito después de una noche de juerga con exceso de alcohol). Ésta ha sido la primera gira americana de Johnson, tras una década rockera liderando su propia banda, Geordie, y está verdaderamente impresionado con el poder de atracción de AC/DC, así como con la entrada en la lista de los más vendidos de Back in Black, el sexto álbum del grupo con la compañía Atlantic. "Los chicos vienen en tropel a verlos", alardea con un fuerte acento de su Newcastle natal.

La mayoría de los críticos no comparten su entusiasmo o el de los fans. Desde que los hermanos Young -nacidos en Glasgow (Escocia); se mudaron a Sydney (Australia) con sus padres, su hermana y cinco hermanos mayores en 1963- formaron AC/DC hace siete años, les han demolido sin piedad, etiquetándolos como los tontainas del heavy metal, y a su audiencia como cretinos sin gusto. A pesar de la mala crítica, un programa de gira castigador (su actual caminata comenzó en julio y continúa hasta febrero) y la inoportuna muerte de Scott, AC/DC se niega una y otra vez a dejarlo, y Back in Black es su justa recompensa. Con el título y una portada totalmente negra, a modo de tributo silencioso a Scott, el álbum entró en las listas inglesas directo al uno y es una apuesta segura para igualar el disco de platino logrado en América, con su Highway to hell del año pasado.

Parte del creciente éxito se puede atribuir al renacer del heavy metal, que actualmente arrasa en los dos países. Pero lo único que AC/DC comparte con campeones del metal actual como Ted Nugent, Van Halen y las grandes promesas inglesas Def Leppard, Judas Priest y Saxon es el universal desdén de los críticos.

Comparado con el sonido plomizo de la mayoría de los paganos del heavy metal, el de AC/CD lo forman, nada más y nada menos, pegadizas y agresivas canciones con un ritmo acelerado y bailable, el rasgueo martilleante de Malcolm, el histrionismo a la guitarra de Angus y los espeluznantes berreos de Johnson.

"Nosotros sólo salimos ahí fuera y hacemos rock", dice Angus, que pierde más de un kilo y medio cada noche con su maníaca rutina sobre el escenario. "Si tu amplificador revienta o tu guitarra falla, la destrozas y coges otra. Y siempre ha sido así con nosotros. Ni siquiera podemos parar a afinar. Los chicos están ahí metidos, en tensión. Un segundo o dos es demasiado para ellos. Se lo tienes que dar todo en el momento".

Fuera del escenario, Angus Young no tiene pinta de ser el tipo que da al público ese placer que demanda. En contra de la reputación del grupo de problemáticos, borrachos y mujeriegos -debido en gran parte a las letras de canciones como Sin city, Kicked in the teeth, y What do you do for money honey- Angus es un tipo callado y reflexivo, con sonrisa torcida, acento escocés, sólo un poco más inteligible que el de Brian, una atractiva mujer de origen holandés, Ellen, y una adicción al té con leche.

LOS YOUNG SOMOS BAJITOS

De igual manera, Malcolm no parece ni la mitad de borde empujando un carrito de bebé con su hija de cuatro meses que cuando rasguea en éxtasis los acordes de Hell bells, con una guitarra eléctrica de caja Gretsch White Falcon que es casi tan grande como él.

Pero las historias de temperamentos explosivos y puños rápidos de AC/DC son leyenda. "Eso es porque siempre nos mantenemos unidos", dice Angus. "Como los Youngs, somos todos bajitos. Llegamos a un concierto y todavía nos dan problemas. Antes, llegábamos a los conciertos en coche y la gente de seguridad no nos dejaba pasar. Les decíamos: 'Tocamos aquí esta noche'. Pero no conseguíamos pasar la mitad de las veces. Así que acabábamos pasando a la fuerza. Tuvimos que montar numeritos a lo Starsky y Hutch muchas veces en las puertas".

Para AC/DC, y los hermanos Young en particular, la vida siempre ha estado basada en el nosotros-contra-ellos. Malcolm recuerda sus primeros años de colegio en Glasgow como una sucesión de peleas en el patio del colegio. Angus solo tenía cuatro años cuando su familia se mudó a Sydney. Cuando entró en el instituto, la reputación de su hermano mayor lo precedió. "Me canearon el primer día", dice. "El tipo dijo: '¿Cómo te llamas?'. 'Young', le respondí. Y él dijo: 'Ven para acá que te voy a utilizar para lanzar un mensaje". A los 15, a Angus le dieron lo que él llama "una muy buena elección". "O te vas o te echamos", le dijeron. Se fue.

La música también corre por las venas de la familia Young. Malcolm nombra a su segundo hermano mayor, John, como una gran influencia con la guitarra. Otro hermano, George, fue miembro fundador de la sensación australiana en los sesenta, los Easybeats (Friday on my mind). Después formó un equipo de producción con Harry Vanda, su compañero en Easybeats, y los dos todavía graban como grupo, con el nombre Flash and the Pan. Ellos también produjeron los cuatro primeros álbumes de AC/DC.

Malcolm y Angus siguieron la senda, cogiendo un par de guitarras y formaron cada uno su banda, sin mucho éxito, hasta que decidieron unir fuerzas en 1973. Desde el día uno, la banda se llamó AC/DC y la actuación a lo gonzo de Angus sobre el escenario era parte del espectáculo. George incluso animó a Angus a que fuera un poco más salvaje en el estudio. Durante las sesiones para la grabación del segundo disco del grupo, los amplificadores empezaron a reventar en medio de un solo de Angus, pero George le obligó a seguir tocando. "No íbamos a parar una interpretación cojonuda por una razón técnica, como amplificadores reventando", explica George, inexpresivo. Angus también experimentó con varios disfraces diferentes en sus primeros directos (un traje de gorila, uno de zorro e incluso una adaptación de Superman que llamó Super Ang -por Angus), pero el uniforme de colegio surgió de forma natural, ya que sólo tenía 16 años por aquella época.

Los Young pasaron por varios baterías y bajistas, hasta que finalmente se decidieron por Phil Rudd en 1974, y por el inglés Cliff Williams, tres años después. Su cantante original renunció a los dos meses y ellos descubrieron a Bon Scott, un escocés que en un principio había sido contratado en Adelaida [sur de Australia] como conductor. Nueve años mayor que Angus, Scott cantaba con un libidinoso rugido que sonaba como Tom Waits a 78 rpm, y que era el vivo retrato de las canciones que cantaba. En el escenario, normalmente no llevaba más que unos vaqueros desgastados y embutidos y tatuajes en los dos brazos. A la primera gira de AC/DC en Inglaterra se le dio el nombre Lock up your daughters [Encierra a tus hijas], en honor a la sexualidad animal de Bon.

QUE LE DEN POR CULO A TODO

Angus admite estar profundamente afectado por la muerte de Scott, que llegó en medio de los ensayos para el nuevo álbum: "Estaba triste por Bon. Ni siquiera pensé en la banda. Habíamos estado con él todo ese tiempo, le habíamos visto más que su propia familia". Malcolm añade que la idea de dejarlo nunca se le pasó por la cabeza. "Pensé: 'Que le den por culo a todo. No me voy a quedar sentado, deprimido todo el puto año'. Así que llamé a Angus y le dije: '¿Quieres volver a ensayar?'. Esto fue como dos días después [de la muerte de Bon]". "Y yo estoy seguro", continúa Angus, "que si hubiera sido uno de nosotros, Bon hubiera hecho lo mismo".

Brian Johnson no se considera a sí mismo un cantante. "Ni siquiera soy un gritón", insiste, a pesar de que en Back in Black, la evidencia demuestre lo contrario. "Es simplemente que cuando me subo al escenario lo siento. Es todo cuanto puedo hacer". Incluso Angus Young se muestra modesto: "Soy un guitarrista pésimo si me quedo quieto". Y le gustaría ver a los considerados grandes guitarristas mejorar: "Sé que Robert Fripp [King Crimson] no controla un blues de doce compases".

Pero si no es destreza técnica, entonces, ¿qué tiene AC/DC y el primitivo sonido de discos como Powerage y el directo If you want blood you've got it que gusta tanto a los soldados del rock n' roll? Johnson tiene una teoría. "Lo más importante es que la banda se muestra como es a los chicos", razona sobre el público, hablando a una botella de Löwenbräu [cerveza alemana] en el bar de un ostentoso hotel, poco después del concierto de Milwaukee. "En el escenario nos mostramos como somos y no menospreciamos a los que vienen a vernos. Saben que los roles se podrían intercambiar fácilmente. Yo podría estar entre el público, Malcolm Young también, y esos chicos podrían estar en el lugar de Malcolm o en el mío. Saben que la banda ha trabajado duro en estos cinco años, comiéndonos la mierda, igual que los chicos se la comen. Y saben que no tenemos una actitud esnob, que no intentamos cambiar para ser ingeniosos o salir en la prensa con Britt Ekland [actriz sueca famosa por ser chica Bond en los setenta]".

Johnson probablemente tiene razón. Según los maliciosos ladridos de los críticos sobre su mal gusto y falta de talento, AC/DC ha pasado de ser un grupo de bar en Australia a una importante atracción como cabeza de cartel en conciertos, gracias al apoyo de esos fans. Los críticos dirán lo que quieran, pero Johnson tiene un pequeño test sobre gustos musicales, que le gustaría poner en práctica con algunos de ellos. "Me gustaría encerrarlos en una celda y ponerles música de AC/DC durante una semana", dice socarrón. "Estarían llorando y suplicando que les dejaran salir. Entonces, les pondría música disco durante otra semana. Te apuesto lo que quieras a que se ahorcarían con sus propios cinturones. Con AC/DC, por lo menos, saldrían cantando los estribillos".