La herencia estética

"Con una música como ésta, no se puede hablar
de flores del campo. ¡No pega!".
Rob Halford (Judas Priest).

Algunos de los primeros músicos de rock and roll, como Jerry Lee Lewis o Elvis Presley, criados y enseñados en la iglesia, llegaron a creer que había un poder real y diabólico detrás del rock n'roll. Pero lo cierto es que salvando esas excepciones la inmensa mayoría de los músicos de rock que vinieron pasados aquellos primeros años jamás ha creído en lo sobrenatural y mucho menos que su música tuviese alguna conexión con un ser real llamado Satanás. Angus Young, el mítico guitarrista de una de las bandas más mal interpretadas en este sentido, AC/DC, declaraba en 1982: "Yo he leído la Biblia, y según quienes la escribieron la palabra del Diablo es 'MAL'. ¿Has leído tú en algún capítulo de la Biblia que la palabra del Diablo sea 'rock'n'roll'?. Que yo recuerde la Biblia no menciona en ninguno de sus libros la palabra 'rock'n'roll'... Pero esos estúpidos sacerdotes sólo se dedican a asustar a la gente. Eso es lo que pretenden. Pero con nosotros no pueden hacer nada, porque no nos interesa ni Dios, ni el Diablo, sólo estamos interesados en el rock'n'roll."

Aunque ciertamente no creían ni en Dios ni en el Diablo muchos músicos cogieron, eso sí, una estética lo suficientemente alusoria a lo que esos predicadores y sacerdotes denominaban 'satanismo' como para poder crear una polémica que despertase expectación. Los grupos de rock duro y heavy metal han sido con toda seguridad quienes más han jugado con este tipo de ficción, llegando esos dos conceptos: música y apariencia, a ser entre ellos prácticamente inseparables. "Con una música como ésta, no se puede hablar de flores del campo. ¡No pega!" comentaba Rob Halford (Judas Priest).

Es muy significativo cómo ignoran todos esos sacerdotes y escritores el hecho de que el teatro de morder la cabeza de un pequeño animal en público lo hizo Ozzy Osbourne la vez primera por equivocación y la segunda en una cómica (trágica por supuesto para el animal) reunión de la discográfica en la que él trataba de atraer la atención sobre sí mismo, ante fotógrafos y periodistas, con el fin de fraguarse su propia carrera al margen de Black Sabbath, el grupo que acababa de dejar. "Es sólo un espectáculo. No sé como sacar un conejo de una chistera, así es que cuánto menos un Demonio", se confesaba él. David Lee Roth, antiguo cantante de Van Halen, también decía a este respecto: "Es lo mismo que en un film de terror. Todo el mundo va a ver las películas de miedo para asustarse. Sabiendo muy bien que no pertenecen a lo real. Unicamente para entretenerse durante un minuto. Pasa lo mismo con esos grupos. Ellos lo saben y sus fans también".

Bob Larson, un popular predicador norteamericano que había dedicado la mayor parte de sus esfuerzos en la lucha contra el rock a través de conferencias, libros y un programa de radio con una gran audiencia llamado "Talk-Talk", fue contratado para acompañar a Slayer en una de sus giras con el propósito de que una vez completa ésta, él escribiese un artículo que la revista publicaría a modo de 'curiosidad' -por el contraste imaginó él-. Afortunadamente durante el tiempo de 'convivencia' que pasó con ellos en la gira, Larson supo ceder a la evidencia, llegando a la conclusión de que "si los miembros de Slayer le vendieron su alma a Satanás, lo hicieron en el banco y no en una misa negra". Kerry King, el guitarrista principal y compositor en esa banda declaraba en una larga e interesantísima entrevista publicada en la revista Cornerstone: "Es un trabajo tío... Nosotros hemos conseguido una audiencia, así que lo que tenemos que hacer es sacar algo que ellos quieran oír.... Fue escribiendo canciones como "Hell Awaits" cuando pensé que debería leer algo de la Biblia Satánica... Pero lo dejé antes de llegar a la mitad... Porque ésta sólo era una forma de manipular tu mente haciéndote creer que eres lo que ellos quieren que seas" . Dave Lombardo, por otro lado, tras haber abandonado la batería de este mismo grupo para tomar la del suyo propio, Grip Inc., declaró: "Quería que Grip fuese una banda realmente agresiva y fuerte, pero sin entrar en toda esa mierda del satanismo, los muertos, etc. De todo eso ya he tenido bastante". Otros muchos grupos de thrash metal que habían adoptado esa temática al principio, probablemente como una herencia de los pioneros Venom, con el tiempo llegaron incluso a sustituirla por otras casi tan alejadas del satanismo como el mismo cristianismo: el altruismo. Es el caso de Sepultura, Obytuary, Death o Megadeth. A través de las entrevistas Dave Mustaine, fundador, vocalista y líder de estos últimos, no ha dejado lugar a dudas de que en su propia vida se ha dado uno de los más bruscos cambios en este sentido, cambiando él su drogadicción por una intensa búsqueda espiritual. "Leí la biblia satánica y todo eso, pero era todo tan contrario a lo que yo quería... Hubo un tiempo en el que me sentía satisfecho siendo parte del lado oscuro porque no entendía la luz" -meditaba en voz alta el vocalista de Megadeth. Fue en esa época en la que una organización caritativa de Hersey (PA), en Estados Unidos, rechazó un donativo de casi una tonelada de comida que este grupo, Megadeth, quería hacerles, alegando: "Esta banda es demasiado dura,... Está metida en el tema de la promoción de las drogas y el alcohol". "Mujeres, alcohol, satanismo,...bah, eso es demasiado sencillo y aburrido" -declaraba el batería de Metallica a finales de los 90. En esta época algunos músicos de rock llegarían incluso a hacer burla de esa estética 'diabólica' en sus canciones -como demuestra el ejemplo de "665-667" de Soundgarden. El mercado había cambiado tanto al finalizar los 80 que la prensa no dejó, probablemente hasta la aparición de grupos como Marilyn Manson o Dover, de ridiculizar las poses de esos que aún no se habían adaptado a los nuevos tiempos.

El caso de Marilyn Manson es especialmente ilustrativo de todo cuanto estamos hablando en este estudio. Brian Warner -su verdadero nombre- había aprendido a burlarse de los cristianos conservadores desde que siendo joven, en la Escuela Cristiana Heritage, hacía contrabando de discos prohibidos de heavy metal entre sus compañeros. No debió resultarle difícil, por tanto, inventar un personaje como Marilyn Manson en su disco 'Antichrist Superstar': un personaje que utilizando la gratuita publicidad de la polémica le lanzase al panteón de la fama. "Para mi el satanismo nunca tuvo nada que ver con la adoración al diablo..." declaraba incansablemente el cantante. En realidad toda esa imaginaría satánica estaba especial y exclusivamente diseñada para provocar el espanto de la América conservadora, que a su vez -todo sea dicho- provocaría una elevadísima compra no sólo en la América no conservadora sino en todo el mundo. Todo esto ha sido tan evidentemente explicado por Marilyn Manson en toda la prensa mundial que resulta increible que aun haya líderes religiosos que se manifiesten como lo hicieron en Córdoba las Asambleas de Dios con ocasión del concierto de Dover en mayo de 1998. Sólo la sencillez e ingenuidad de estas personas, que llegaron incluso a mal interpretar el título del disco 'Devil come to me' como una invocación al Diablo, puede llegar a explicar estas actitudes. "Nuestra intención como iglesia no ha sido en ningún momento ir contra ninguna persona, sino el desarrollar la labor de protección espiritual que le correponde a la iglesia" -nos declaraban por carta asustados por las posibles consecuencias de haber invocado al Diablo ante 3.000 personas. No debieron advirtir, obviamente, que el grupo había declarado ya, también incansablemente, que todas las referencias al Diablo en ese disco, así como otras a los ángeles e incluso a Jesucristo en las que no repararon las Asambleas de Dios, obedecían a un propósito méramente estético. La intención de Dover no fue sino editar un disco conceptual, temático, que diese el acpecto de ser religioso, pero humano al mismo tiempo. "Es algo fantástico,... son cuentos, contamos historias. Todo lo de la historia del demonio lo hemos representado en la portada, es un diablo humanizado, algo onírico, de ahí el título y el tema que abre el disco 'El diablo vino a mi'.", -comentaba Cristiana Llanos de Dover.

- Tu eres satánico, ¿verdad?. -le preguntó Angel, el sacerdote protagonista de la famosa película "El día de la Bestia", al dependiente de la tienda de discos que le acompaña durante la mayor parte del tiempo.


- Sí Señor; y de Carabanchel.
-contestó seguro de sí mismo José María, el dependiente, parodiando el tipo de satanismo que viven muchos de los seguidores de estos grupos.

En realidad, lo absurdo de buscar al Diablo donde sólo hay mera estética (en el caso de José María, el dependiente de la tienda de discos) o fraude (en el caso de Cavan, el vidente televisivo) puede verse a lo largo de todo este largometraje de Alex de la Iglesia. "Lo que es verdaderamente violencia -declaraba a la prensa este vasco- son los coloquios en televisión, donde se expone de manera evidente la estupidez intelectual exportada a través de la pantalla a millones de personas" ..."Para mi el pensamiento satánico es la xenofobia... Detesto el que todos tengamos que ser guapos, rubios y encantadores, como en los anuncios de la tele". Después de tantos siglos de confusiones entre superstición y cristianismo -recordemos que hasta el año 447, en el Concilio de Toledo, no se definió la forma del Diablo-, el Diablo en esta sociedad tiene muy poco que ver con el Diablo de la Biblia. Por ejemplo Alex de la Iglesia definía al Diablo -al Diablo del que él había oído claro- como un personaje que busca el conocimiento, "que las cosas cambien, progresar,...". En cambio el interés del Diablo que define la Biblia está fundamentalmente en buscar que los seres humanos enfoquemos nuestros esfuerzos, no en el progreso y el bienestar de los demás, sino en el bienestar propio a costa de todo lo demás. Teniendo esto en cuenta esos programas de televisión, bíblicamente hablando, serían como casualmente intuye Alex de la Iglesia mucho más 'satánicos' que películas como las suyas.

Por ridículo que parezca la realidad es que muchos de los músicos, acusados de satanistas por estos predicadores, tenían una opinión muy buena de la persona de Jesucristo. Algo que puede verse en entrevistas de músicos como por ejemplo Alice Cooper, quien llegó a decir: "Lo único que me importa es que nunca he sido antirreligioso ni antidios. Soy cristiano ¿sabes?, nunca jamás me verás elogiando a Satanás". No menos sorprendente fue el caso de uno de los músicos del ex-Mercyful Fate King Diamond, que abandonó la banda confesando tener unas creencias de tipo cristianas y estar cansado de toda la parafernalia satánica de su líder. Y no cito, por lo obvio del caso, a los cientos de bandas que como Stryper, a pesar de tener la costumbre de repartir 'bibliazos' desde los escenarios, también gozaron de una muy intolerante persecución entre el 'clero'. El problema lo tenían muchos de estos músicos, eso sí, con el cristianismo institucional debido a hechos muy concretos que sólo de mencionarlos producen vergüenza. Max Cavalera, vocalista del grupo brasileño Sepultura declaraba a la prensa:
"Crecí siendo católico, pero lo he dejado durante mucho tiempo. No sé tío, en Brasil ellos te fuerzan para conectarte con la religión... Ahora mismo creo en Dios, pero no en el Dios católico. No creo que tengas que pagar deudas, sólo necesitas creer"
. "Lo de los telepredicadores es acojonante, en serio. De pronto aparece un jodido cura de mierda diciéndote: '¿Sabe que ahora mismo puede hablar con el Señor si lo desea?'. Me entran ganas de coger a ese farsante y gritarle: '¿Y si no quiero hablar con él?, ¿eh?, ¿qué pasa?'. Yo creo en Dios, tengo tatuado en mi brazo el rostro de Jesucristo y aunque no lo creas me gusta rezar. Pero odio las religiones organizadas como negocio o como estructura de poder".